Creíamos que vivíamos en un país civilizado y nos echábamos las manos a la cabeza cuando veíamos en la televisión que se destrozaba patrimonio cultural irremplazable por guerras o ideologías extremistas e intolerantes. Pensábamos que vivir aquí nos mantenía a salvo de ese tipo de comportamientos.
Hoy hemos abierto los ojos y vemos que la realidad aquí es que un legado con miles de años de historia, los grabados rupestres de las cuevas de Urdazubi-Urdax, se pueden destrozar impunemente y todo por #dinero.
Ya no tenemos razones para sentirnos orgullosos de como funcionan las cosas a este lado del mundo, más afortunado por no tener conflictos armados, pero igual de desgraciado en cuanto a la valoración que de la cultura hacen nuestros políticos.
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