Algunos políticos nos dicen que hay que tener en cuenta que se podrían perder 25 puestos de trabajo si se cierra la cantera y que eso tiene mucho peso a la hora de tomar una decisión.
Nosotros consideramos que, en realidad, serían muchos menos, pero, aunque fueran 25, por si quisieran hacer una balanza y ver qué pesa más, ahí la tienen hecha:
No hemos contado el impacto paisajístico, ni los ruidos o la seguridad de nuestras viviendas, etc. pero es que, como veis, nuestras razones llenan el platillo a rebosar y ya no caben más.
Nuestra pregunta: ¿Por qué la endeble razón de una potente empresa privada, para nuestros políticos vale más que las que esgrime todo un pueblo?
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